Imagen: Parque Rural de Anaga, Tenerife, España | Alex Basha
El ritmo de vida que llevábamos se ha parado en seco, y nuestro mundo tal y como lo conocemos ha cambiado. Todo aquello que pensábamos que era imprescindible ya no lo es -y al contrario-. El coronavirus nos está dando lecciones para aprender de esta experiencia. Y también, nos está dando la oportunidad de ver las cosas desde otra perspectiva.
Enormes incendios, inundaciones, deshielo en los polos, toneladas de plástico en los mares; una vez más tiene que suceder algo que nos dé un golpe de realidad. Y, esta vez ha sido una pandemia mundial desconocida para todos.
Estas son las lecciones que nos está dando el coronavirus
1. Somos consumistas
Solo ha sido necesario observar las estanterías vacías de los supermercados, cuando aún se podía salir de casa, para darnos cuenta de que somos seres consumistas. ¿Lo hacemos por miedo a quedarnos sin nada o somos egoístas? Cada uno tendrá sus motivos, pero si en algo coincidimos es que muchas veces compramos por aburrimiento.
Las medidas impuestas por los gobiernos que limitan la circulación por las calles, solo en caso de necesidad, están demostrando que podemos subsistir más de una semana sin visitar el supermercado. Vivir con menos es posible, y no solo eso: hemos comprobado que es más gratificante si compartimos y ayudamos a los que más lo necesitan.
2. El planeta no va a ‘salvarse’ por una pandemia, pero le estamos dando el respiro que necesitaba
En las últimas semanas hemos visto imágenes y noticias que demuestran que el planeta se está recuperando. La naturaleza salvaje está conquistando las ciudades vacías y el cese de las actividades humanas -y la reducción de emisiones de CO2– está frenando la destrucción de la capa de ozono. Además, la disminución de la contaminación en los océanos está dando la oportunidad al entorno marino de recuperarse por completo de una devastación absoluta.
La crisis del coronavirus nos esta haciendo reflexionar sobre el daño que causamos a la Tierra y a nuestra salud. El aire contaminado que producen, sobre todo los vehículos, mata a 7 millones de personas cada año. Hay opciones más respetuosas con el medio ambiente que podemos llevar a cabo, como el uso de transportes más ecológicos, o continuar con el ‘teletrabajo’ que estamos experimentando y así evitar desplazamientos.
Sin embargo, no podemos asegurar que esta pandemia ‘curará’ a la Tierra por completo. El coronavirus no ha sido la solución que necesitábamos para salvar el planeta, pero sí el comienzo del cambio radical que queremos ver. Esta crisis mundial está demostrando la gran capacidad de transformación que tenemos las personas individualmente y en conjunto, respecto al planeta. La lección que nos llevamos es, que se deben tomar medidas urgentes cuando todo esto acabe.
3. Debemos dejar a los animales tranquilos
La OMS plantea cerrar los mercados de animales vivos y no es para menos. Los científicos aseguran que es muy probable que el Covid-19 provenga de los murciélagos -pese a que no esté demostrado-. Es usual ver a estos animales convivir en mercados – muy comunes en el sudeste asiático– junto a perros, liebres, e incluso tortugas. Estos animales se venden ya muertos como alimento o se sacrifican a pedido.
El Síndrome Respiratorio Agudo Severo -SARS-, la gripe aviar, la gripe porcina, el ébola y el coronavirus –Covid-19-, tienen un origen común: un virus de procedencia animal, que por la inconsciencia humana invade nuestro organismo y se propaga.
Está comprobado que la industria de la carne es la más contaminante del mundo. La organización internacional ProVeg asegura que, si un país como España optara por una alimentación 100% vegetal, se ahorrarían 62 millones de toneladas de CO2 al año, 10 millones de hectáreas de tierra y 1,7 billones de litros de agua. Además, numerosos estudios avalan que las dietas veganas o vegetarianas son más beneficiosas para la salud, y no solo eso, una de las mayores causas de la deforestación proviene de la industria de la carne, la ganadería y de la necesidad de sembrar soja en grandes extensiones de terreno para alimentar a estos animales.
4. No hay fronteras nacionales ni diferencias entre personas
Algunas personas suelen pensar que son inmunes a las crisis mundiales, como la emergencia climática o la hambruna. Pero nadie es inmune geográficamente al coronavirus. La psicóloga italiana Francesca Morelli asegura en el artículo ‘Esto es lo que nos explica el virus’ que estamos ante un momento histórico en el que las ideologías y las políticas discriminatorias -con marcados vestigios del pasado- se están renovando en todo el mundo. “Llega un virus que nos convierte en los discriminados, en los segregados, en los que portan enfermedades. Somos esas personas atrapadas en la frontera, pese a no tener la culpa, pese a ser blancos y occidentales “, escribe Morelli.
Este virus nos está dando una cura de humildad, nos pone en la piel de los inmigrantes y nos demuestra que todos somos iguales.
5. Somos vulnerables, tenemos que aprender a protegernos
Parece absurdo, pero antes de esta pandemia, la mayoría de las personas no mantenían una higiene básica. Después de saber que el jabón es una forma efectiva del matar al virus, lavarse las manos con regularidad ya se ha convertido en parte de nuestra rutina -además de toser en el codo y mantener las distancias-. Hemos aprendido a fabricar geles desinfectantes caseros y sabemos que es muy importante limpiar el móvil con regularidad. Esta crisis mundial nos deja claro que todos somos vulnerables, sobre todo los ancianos, las personas con problemas de salud subyacentes y las personas con pocos recursos económicos. Sin embargo, cuidarnos los unos a los otros de forma altruista, nos ha llevado a un camino de solidaridad nunca visto.